Crítica literaria

Comentario literario

Carlos Martín Briceño. Y corren los cuentos al amparo de la vasta piel.

Por Margarita Castro (Publicado en la revista Trinchera. Política y cultura, de Guerrero)   Carlos Martín Briceño es un escritor de cuentos de prosa eficiente y poderosa.  El ritmo suyo, que raya en lo perfecto,  nos lleva por el mundo cerrado de sus historias que avanzan siguiendo una narrativa fluida que no se detiene ni se atora. Da la impresión de que una vez que ha empezado a escribir un relato, ni siquiera él mismo sería capaz de detenerlo. Carlos nació en Yucatán, México, (1966), en donde se formó como escritor. Y recientemente Ficticia Editorial, en coedición con el CONACULTA, acaba de editarle una antología personal, De la vasta piel, que incluye una treintena de sus mejores cuentos, seleccionados por

Leer más »
Crítica literaria

De la vasta piel. Una antologia personal, por Ricardo Tatto

Esta antología de Carlos Martín Briceño no dejará indiferentes a sus lectores. Contadas veces un escritor puede presumir de agotar completamente las ediciones de sus libros, máxime si el escritor es mexicano, yucateco de nacimiento, pues no es un secreto que el aislamiento de nuestro Estado no sólo es geográfico, sino cultural, artístico y literario. Pero Carlos Martín Briceño es la excepción, ya que él sí puede ufanarse de que sus tres libros de cuentos, “Los mártires del freeway” (2006 y 2008), “Caída libre” (2010) y “Montezuma´s revenge” (2014), todos publicados por la editorial Ficticia, se han vendido en su totalidad. Y por ello, ante la tentativa de reeditar dichas publicaciones, Marcial Fernández, su editor, optó por mejor realizar un

Leer más »
Crítica literaria

De la vasta piel, por Juan José Reyes.

Los cuentos de Carlos Martín Briceño tienen imaginación y profundidad. Cuentan con malicia, atributo infaltable en el arsenal de un narrador diestro y poderoso. Martín Briceño (Mérida, Yucatán, 1966) pone en juego varios tonos, y sabe alternarlos. Su escritura, además, llama la atención por su eficacia y su ritmo: no halla baches nunca, sirve a la perfección para el registro de actitudes y anécdotas que van perfilando a los personajes con economía y perfección. Más que las probables afinidades con obras de colegas suyos (observadas agudamente por la prologuista Mónica Lavín), el autor aparece como natural poseedor de dotes sin duda excepcionales. Consigue hacer de la realidad lo que los personajes perciben mediante interpretaciones espontáneas, intuiciones, recuerdos y proyecciones. Luego

Leer más »
Crítica literaria

El monstruo pentápodo: una novela funesta y despiadada

Compré El monstruo pentápodo (Tusquets, 2017), de Liliana Blum, una tarde de sol intenso, días después de su lanzamiento. Ya con la experiencia de haber leído Pandora (Tusquets, 2015), el libro anterior de la duranguense, una inquietante novela erótica que me había dejado un excelente sabor de boca, por lo que estaba seguro de que esta nueva entrega no me decepcionaría. Como la mayoría de los escritores, suelo adquirir más libros de los que puedo leer. Recuerdo haber dejado El monstruo… esa noche encima de mi escritorio, listo para devorarlo en cuanto tuviera tiempo. Y recuerdo también que un par de días después, Emilio, mi hijo mayor, que recién cumplió catorce años, se acercó para decirme que “lo sentía mucho,

Leer más »
Crítica literaria

Día franco o esa imperiosa necesidad de venganza

Siempre he admirado la facilidad que tiene Adrián Curiel Rivera para narrar con tanta soltura. Desde sus cuentos de Unos niños inundaron la casa, su primera publicación en 1999, pasando por su novela futurista A bocajarro, del 2008, hasta llegar a su espléndida Blanco Trópico, recientemente editada, Adrián ha tenido el buen tino de contar y escoger historias que, bajo su aparente sencillez, obliguen a mirar la realidad que suele esconderse detrás de las apariencias. En esta ocasión, para fortuna de los que veneramos el cuento, Adrián se decanta de nuevo por este género (tan incomprendido por las editoriales), y nos regala cinco relatos donde los perros domésticos, bichos que nunca faltan en las familias mexicanas de buena reputación, habrán

Leer más »
Comentario literario

El golpe súbito de los cuentistas norteños

En el verano del 2007 viajé junto con mi esposa a El Fuerte, Sinaloa, una pequeña ciudad colonial ubicada a unos 80 kilómetros de Los Mochis, y en la que había nacido mi querida suegra. Llegamos cerca de las doce de la noche, cuando todo mundo dormía. Llamó mi atención el silencio del sitio y el rumor suave y persistente del río que parecía resguardar la paz de los forteños. Incluso los perros, que en cualquier poblado del centro o del sureste nos hubieran recibido con algarabía, permanecían callados. Era, como olvidarlo, el peor año de la guerra del estado contra las drogas, la gente se refugiaba temprano en sus casas y por todos lados se escuchaban historias de muerte

Leer más »
comentario

Despojarse de la solemnidad

Siempre he afirmado que la literatura mexicana contemporánea está plagada de narradores que sobrevaloran la solemnidad. Mientras que en otros países (Inglaterra, Estados Unidos, Francia) el humorismo se desarrolla con libertad, en México parece una vertiente reservada para escritores irreverentes y juguetones. Autores que muchas veces no son bien valorados por la crítica porque desmarcarse de la literatura seria para continuar con la tradición impuesta por Arreola, Ibargüengoitia o Tito Monterroso, al parecer, no tiene el mismo peso que seguir los pasos de Alfonso Reyes, Octavio Paz o Carlos Fuentes.

Leer más »
Crítica literaria

Sobre el arte de escribir cuentos

No es fácil escribir un buen cuento. Para William Faulkner, ganador del premio nobel en 1949 y uno de los escritores más influyentes del siglo pasado, “es más difícil escribir un buen cuento que una novela decente”. Gabriel García Márquez, en una entrevista concedida a Jacobo Zabludovsky compara el cuento con la novela y declara que “es más difícil escribir cuentos que novelas, porque el problema es siempre empezar: un libro de cuentos se empieza dieciséis veces y una novela una sola vez. Además, escribir cuentos es como vaciar en concreto y escribir novelas es como pegar ladrillos, o sea, dos procedimientos distintos: el cuento se vacía de una vez y si se falla, se falló y no hay nada

Leer más »
Apuntes y otras digresiones

Juan García Ponce o la supremacía del erotismo

Tenía doce años cuando leí Encuentros de García Ponce. El libro, una edición rústica del Fondo de Cultura Económica, que incluía los relatos El gato, La plaza y La Gaviota, llegó a mis manos inesperadamente, tal como el gato gris –leimotiv de la primera historia– llega a la vida de D, el protagonista: “El gato apareció un día y desde entonces siempre estuvo allí. No parecía pertenecer a nadie en especial, a ningún departamento, sino a todo el edificio. Incluso su actitud hacía suponer que él no había elegido el edificio, haciéndolo suyo, sino el edificio a él, tal era su adecuación con la que su figura se sumaba a la apariencia de los pasillos y escaleras. Fue así como D

Leer más »
Comentario literario

Atrapadas en la escuela, una docena memorable

Hace algunos años, Michel Gove, secretario de Educación de Reino Unido, afirmó que los niños de 11 años deberían de leer 50 libros al año para mejorar sus niveles de alfabetización. Lo anterior, sacando cuentas, quiere decir, más o menos, un libro por semana. El periódico británico The Independent, haciendo eco a esta declaración, solicitó inmediatamente a tres de los principales autores ingleses de literatura infantil y a dos expertos más seleccionar individualmente diez títulos imprescindibles. La lista, según cuenta Javi Sánchez, un articulista de la revista G.Q, tras unir las sugerencias de los cinco convocados, “quedó conformada por una variopinta lista de libros encabezada por 1984, de George Orwell, y en la que caben también las trilogías de Los Juegos

Leer más »