Cuento

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Hotel | Un relato de Carlos Martín Briceño

Desnudo, el hombre se puso de pie y se acercó al ventanal de la habitación ubicada en el último piso del hotel. De su miembro todavía goteaba algo de semen. Caía la tarde y los automóviles circulaban a paso de rueda con las luces encendidas en las interminables avenidas de la ciudad. A lo lejos, el verdor del bosque de Chapultepec descollaba por encima de los tonos grises del resto de la urbe. En la cama, la mujer dormitaba. El hombre desvió la vista y la observó. ¡La amaba y la odiada tanto! Se habían reencontrado después de algunos meses, luego de haber jurado no volver a frecuentarse salvo por algo grave que incumbiera a las hijas, las que, “por

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Montezuma´s Revenge (Adaptación radiofónica) | Por Radio Educación

Montezuma´s Revenge, cuento del escritor mexicano Carlos Martín Briceño fue adaptada, en tres partes, para su versión radiofónica de Radio Educación en el programa Tinta Indeleble (Gobierno de México) Primera parte: https://shorturl.at/BCEGK Segunda parte: https://shorturl.at/dfnwL Tercera parte: https://shorturl.at/gpASY Enlace de Radio Educación: https://radioeducacion.edu.mx/

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Cuatro cuentos breves | Por Carlos Martín Briceño

Noche Estelar Te encuentras justo frente a mí: bella y oscura. Hasta hace un momento, camuflado entre los parroquianos, gozaba de la danza de tus caderas. Pero tuviste que escoger pareja para tu último acto. Había escuchado de él y ardía de curiosidad por presenciarlo. Ahora, desnudo, cubierto sólo por las luces y las porras de los trasnochados, por más que intento, no consigo levantarlo.

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A la asturiana | Por Carlos Martín Briceño

Poco faltó para que el caso llegara a la policía. Los que nos negamos a denunciar fue por lealtad a Alfredo. Quienes se empeñaban en hacerlo desistieron cuando les demostramos que tenían más deseo de venganza que razón. Lo difícil será hallar otro sitio en la ciudad donde se pueda obtener tanto por tan poco

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Festejo navideño | Carlos Martín Briceño

Lo trajo la abuela una mañana de sábado, dos meses antes de la Navidad. No era lo que él quería, pero le pareció mejor que nada. Llevaba mucho tiempo pidiéndole un perro a su madre y siempre recibía la misma respuesta: Sobre mi cadáver entra un animal aquí.

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Helena or the Annunciation

Before Helena you hated the piano. Every last Friday of the month you had to be there on the dot at seven in the afternoon with your hair neat, your flowing dress and your shoes well polished, at the musical gatherings. The piano was a tradition in the family. Your grandmother successfully executed Brahms in a theater in the capital, when he was not yet known in the province. This was accounted for by the playbill, an elegantly printed rectangular piece of glossy paper that adorned one of the walls of the music room.

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Hacer el bien

Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis, porque de tales sacrificios se agrada Dios. Hebreos 13:16 Será cosa de la edad, se le ha metido en la cabeza que si no hacemos algo por nuestros semejantes, si no sacrificamos nuestras comodidades, vamos a terminar ardiendo en el infierno. Al niño lo recogimos el mero 24. Se suponía que iba a estar con nosotros hasta el Año Nuevo. Era una mañana neblinosa, húmeda, de esas en que preferirías no dejar la cama, sobre todo si la noche anterior te has bebido casi una botella de Buchanan’s.

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Quince minutos

El primero en entrar fue Mauricio. Yo me quedé afuera, en la semioscuridad del pasillo de aquel hospital, arrepentido por no haber tenido el valor para decirle a mi hermano menor algunas palabras que lo reconfortaran. Nunca fuimos muy unidos, teníamos serias discrepancias en cuanto a nuestras formas de entender la vida. A él, que abandonó la carrera de arquitectura para dedicarse de lleno a la pintura, le parecía que yo era un tipo mediocre por haber estudiado derecho, una profesión gris, decía, cuyo único fin era el de «hacer dinero». Detestaba mi «burgués» estilo de vida, pero, irónicamente, trabajaba mucho menos que yo, seguía soltero y gozaba del apoyo económico incondicional de mis padres. A mí siempre me pareció

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