
La sustancia de los sueños
Mis hijos difícilmente sabrán con certeza quien fue Lela Oxkutzcaba. Tampoco llamarán a ninguno de sus amigos con los motes del Chereque o Totoyo. Ahora menos que el creador de estos personajes ya no está entre nosotros. Los llevé –claro que lo hice – alguna vez al teatro Pedrito. Hará unos tres años y daban, si mal no recuerdo, la obra “Pizot y la Ninia Amaría”. Era la reinauguración (una de tantas) del recinto y el sitio estaba totalmente lleno – más de adultos que de niños, debo decirlo – que se desternillaban de la risa con las ocurrencias de los títeres. Mi mujer, quien siempre comentó orgullosa que su primera oportunidad como actriz se la brindó Don Wilberth