Zona libre
«En casa esperaron las noticias del viaje (Agustín Labrada)» Una mujer de vestido rojo levanta el pulgar pidiendo aventón. Era peligroso detenerse en aquella desolada carretera; él lo sabía, pero prefiere arriesgarse antes que continuar el viaje cabeceando. Las cervezas del almuerzo, sumadas al calor de la tarde, comienzan a provocarle un sueño graso como el puchero de tres carnes que recién ha comido en la fonda con techo de paja que le recomendaron. Y ni siquiera pensar en un descanso. No puede llegar tarde a la cita. El presidente municipal de Río Hondo fue muy claro: tres en punto, amigo, si llega después, olvídese del negocio. Sin analizarlo mucho, detiene el auto en una cuneta y espera con el