Por Eduardo Mejía | El Universal
Casi todas las tramas de estos relatos tienen su centro en relaciones sexuales fugaces, forzadas, no siempre satisfactorias, algunas cercanas a la violencia, y las mujeres son tristes, cansadas, y sólo muestran vitalidad cuando son tomadas, o cuando apremian a sus compañeros a que las tomen; no sólo en esto hay una marcada inluencia de Juan García Ponce, excepto en que aquí hay sordidez, no perversidad.