Toda felicidad nos cuesta muertos es el título del más reciente libro de Carlos Martín Briceño, escritor nacido en 1966 en Mérida, Yucatán, de quien además tenemos el privilegio de decir que es colaborador gualdreño. El libro fue editado por la editorial Lectorum en su colección Marea Alta apenas el año pasado y está en circulación nacional; consta de 5 cuentos: “Montezuma’s revenge”, “Hombres de bien”, “Los mártires de Freeway”, “Cibercafé”, y “El caso Montelongo”; cinco textos potentes que son a su vez una muestra de cómo el lenguaje puede ser un buen aliado para retratar escenarios en los que el ser humano es el protagonista de historias en donde la violencia es la constante, esa que tenemos tan cerca y que busca en ocasiones justificarse por distintos motivos.
No exagero al afirmar que Carlos Martín Briceño es uno de los mejores narradores que he leído en los últimos años; me gusta sobre todo esa manera de construir historias alrededor de personajes que nos son cercanos -por lo comunes- y en los que logra desentrañar sus pulsiones más soterradas. ¿Qué es lo que motiva a un ser humano a terminar con la vida de otro? ¿Qué situaciones desencadenan un crimen? ¿Qué tan cerca estamos de llegar a ser criminales? Estas preguntas cimbran al lector y lo sitúan como un espectador que hace las veces de juez por momentos, sobre todo al analizar los conflictos éticos, de moral y doble moral que permean lo narrado.
Toda felicidad nos cuesta muertos es un libro que recomiendo para quienes gustan del suspenso, pero sobre todo, del cuento bien escrito: su narrativa es ágil y es de ese tipo de libros que uno no puede dejar de leer una vez empezado; terminé de leerlo en una sola tarde y comencé a imaginar que su contenido bien podría ser el tema de una serie de cinco capítulos para TV, o que incluso -sobre todo el cuento de “Hombres de bien”- pudiera adaptarse al teatro. Comparto también lo que el escritor Mauricio Carrera dice sobre el libro en la contraportada:
“En Toda felicidad nos cuesta muertos, el crimen es el pretexto para la literatura. Su autor, uno de nuestros más persistentes y atinados escritores, llena huecos que la literatura policial olvida. Se aleja del narco, de las latitudes norteñas y fronterizas, para ofrecer un retrato más íntimo de ese México inseguro e impune en que vivimos. El sur también existe en estos relatos negros. Son negros por sus ámbitos donde el crimen prevalece en lo cotidiano, crímenes en lo oscurito, en esa zona donde la hipocresía esconde el abuso, donde el poder político es sinónimo de delincuencia. El estilo de Carlos Martín Briceño es como el tajo de un cuchillo bien afilado: seco, contundente, preciso. Se acerca a Quentin Tarantino por su desnuda crueldad, a Lovecraft por sus atmósferas inquietantes, a Weegee y su fascinación por la nota roja, al periodismo que indaga verdades incómodas y a la mejor literatura: la que es alquimia de nuestros miedos e impulsos vitales. Hay aquí peldaños para un descenso a esa oscuridad que nos desasosiega por sus corruptelas y acercamientos a la morgue. También, la noción de que no hay crímenes vulgares o insignificantes, pues sus víctimas son muy parecidas a nosotros: asombrados por tanta crueldad y temerosos de que algún día nos toque esa catástrofe infinita del robo, la desaparición o el asesinato”.
Carlos Martín Briceño ha sido ganador de varios premios nacionales e internacionales de cuento, entre los que sobresalen el Premio Internacional de Cuento Max Aub 2012, convocado en Segorbe España; y el Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares 2018, por su antología personal De la vasta piel. Es autor de cinco libros de relatos y de la novela La muerte del ruiseñor (2017). Dos de sus libros, Caída libre y Montezuma’s revenge, fueron elegidos entre los mejores libros publicados en México en 2010 y 2012 respectivamente. Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
Si quiere entender el por qué de la frase que da nombre a este libro y, sobre todo, saber el por qué de tan buenos comentarios acerca de él, léalo. Toda felicidad nos cuesta muertos se puede adquirir en línea directamente en la página de Lectorum, aunque seguramente lo puede encontrar usted en las librerías de su ciudad. Va desde aquí nuestra felicitación a Carlos Martín Briceño.
Que disfrute su lectura.
Texto publicado en el suplemento La Gualdra 468, editado por La Jornada Zacatecas y publicado el 1 de marzo del 2021