Por Elizabeth Montiel Torres en el suplemento Jornada Semanal
Las palabras de Anton Chéjov reviven en la voz de la actriz que representa a Sonia: “¡Qué podemos hacer, hay que vivir! Nosotros, tío Vania, viviremos. Viviremos una larga hilera de días y tediosas noches. Soportaremos pacientemente las pruebas que nos depare el destino…” El telón está por descender y anunciar el final de la puesta en escena. De pronto, el tiempo se detiene. El eco de aquel diálogo resuena en los oídos y nos devuelve a la realidad: nuestra mirada recorre las líneas de Matrimonio y mortaja, uno de los cuentos que integran la obra de Carlos Martín Briceño:Montezuma´s revenge y otros deleites.
Las historias de esta antología giran en torno al juego de las apariencias, del “deber ser” claramente definido por la educación moral que reciben los personajes durante la niñez: “Observas las uñas carcomidas, la cutícula rosácea, los pellejos que afean sus dedos. ‘Deja de comerte las uñas’, has vuelto a tu infancia. ‘Mira nada más cómo tienes las manos’. Mamá. ¿Desde cuándo no la visitas? ‘Siéntate bien’. Sólo ella era perfecta.”
Un desfile de demonios (vanidad, negligencia, resignación e hipocresía) acapara las páginas del libro acompañado de olores desagradables que intensifican el fastidio, ansiedad o preocupación de los protagonistas inmersos en una vida llena de insatisfacciones. A lo largo de la lectura pueden escucharse, a todo volumen, canciones de Juan Luis Guerra, Timbiriche, Maná, entre otras, que disfrazan –o se burlan– a la Walt Disney (de) la patética realidad.
El estilo del autor permite seguir la narración saltando súbitamente de las acciones al pensamiento de cada protagonista. Es así como conocemos las verdaderas intenciones de éstos y sentimos en el cuerpo un viento helado que eriza los vellos de la piel cuando alguien pareciera decir: “Todos somos, en menor o mayor medida, un montón de hipócritas, y eso te incluye, apreciable lector.” La venganza del emperador azteca regresa en Montezuma´s revenge para cobrar aquella batalla perdida a causa de la ingenuidad y exceso de confianza: “Cuando Paige se levantó de la hamaca y se puso a lanzar chillidos, me di cuenta de qué había hecho.”
Montezuma´s revenge y otros deleites es una exploración de lo despreciable del comportamiento humano; esa vena de violencia que reconocemos fácilmente en los demás, pero no en nosotros mismos. La prosa de Carlos Martín Briceño es dura, intensa, precisa y de un humor ácido; algo obsesionada con hablar de la frustración que provoca vivir en pareja: “El matrimonio es un organismo criminal: despierta las ganas de matar en los cónyuges”, escribió quien ganara, en 2012, el prestigioso Premio Internacional de Cuento Max Aub por uno de los relatos compilados en esta obra.
Enlace de la página web de la autora: https://www.elimontiel.com.mx/