Por desobedecer a sus padres de Ana Clavel (Alfaguara, México 2022)
Hasta antes de leer este libro, no conocía a fondo la historia del poeta infrarrealista Darío Galicia. Sabía, por un artículo que Ana Clavel publicó en el suplemento cultural Laberinto en 2019, que el bardo, a quien muchos daban por muerto, fue encontrado en un departamento en ruinas en Iztapalapa, viviendo miserablemente, a sus sesenta y seis años, al cuidado de una tía de ochenta que apenas podía cuidarse a sí misma.
En aquel artículo fue también donde me enteré que Darío Galicia o Darío G.Alicia o Darío San gAlicia, inmortalizado por Roberto Bolaño con el nombre de Ernesto San Epifanio en su famosa novela Los detectives salvajes, se había vuelto célebre, no tanto por su trabajo poético, sino por haber sido sometido a los veintitrés años a una operación por aneurismas cerebrales que le dejó graves secuelas y que le impidió seguir escribiendo como antes.
¿Cómo fue que se transformó esa intervención quirúrgica en una pavorosa lobotomía ordenada por sus padres para curar su condición homosexual?
¿Qué tanto hay de cierto en esa leyenda urbana fomentada por su amigo Roberto Bolaño en su poema “La visita al convaleciente” y en una breve crónica incluida en su novela Los detectives salvajes?
Esto, precisamente, es lo que Ana Laurel, alter ego de Ana Clavel, echando mano de una infinidad de recursos literarios, descubre en las 244 páginas de Por desobedecer a sus padres.
Novela experimental, crónica, memoria, biografía, ensayo, investigación, reunión de entrevistas, autoficción, cuento, antología poética…, todo cabe en este túnel narrativo por el que Ana Laurel, a imagen y semejanza del conejo blanco de “Alicia en el País de las Maravillas”, nos guía y sumerge sin ofrecernos tregua para respirar.
“Es una propuesta transgresora de géneros que va integrando testimonio, expediente clínico, reportaje, crónica, todo lo que se preste para dar idea de este mundo delirante en el que estuvo inmerso Darío Galicia, incluso como este personaje de Carroll que él se fabrica un poco y que yo, por supuesto, sigo la pista…”, dice Ana Clavel de su libro en una entrevista que le hacen a propósito del mismo.
Y de esa pista, no me cabe la menor duda, es también de la cual los lectores nos colgamos al adentrarnos en la novela para ir detrás de su autora quien, a su vez, va en pos de Darío, al que parece haber encontrado desde el primer capítulo en la figura de un hombre viejo que, dando saltitos de conejo, conduce a una anciana ciega en un vagón del metro de la Ciudad de México.
Al igual que Territorio Lolita, uno de mis volúmenes favoritos de Ana Clavel, Por desobedecer a sus padres tiene un ritmo envidiable. Una vez inmerso en la lectura, es casi imposible soltarlo. Nos seducen las voces de aquellos que conocieron a Galicia porque a través de sus confesiones nos cuentan los entretelones del ambiente literario del México de los años setenta. Nos fascina leer los avances detectivescos de Ana Laurel siguiéndole los pasos a Darío: ¿a quién no le gustan las novelas policiacas? Nuestra curiosidad insana se refocila con las investigaciones científicas relacionadas con la lobotomía. Gozamos con los poemas de Darío distribuidos convenientemente a lo largo del texto. Reíamos a carcajadas con los juegos de palabras que la autora utiliza para nombrar a sus obvios personajes del mundillo cultural mexicano. (Octavio Paz es “el poeta Guerra”; Carlos Monsiváis es “Monseñorsiváis”; Bolaño es “Beleño”; solo por mencionar algunos). Y cuando pensamos que lo hemos leído todo, caemos rendidos bajo la atracción de esos “Apuntes impublicables” de la autora que nos acercan a los últimos días, aparentemente felices, de Darío. Estamos, pues, ante un collage inesperado donde todo puede suceder: una seductora tarde de té acompañados de Lewis Carroll, Ana Laurel, Darío G.Alicia y sus invitados.
Ahora bien, no quiero mentirles: con un solo click en el google, cualquiera se entera, grosso modo, de la vida de Galicia. En Wikipedia, que todo lo sabe, aparecen los datos fundamentales de su paso por el mundo. Desde sus estudios universitarios y los libros que escribió hasta las condiciones en que fue reencontrado en 2019, pasando por las causas de su declive en la República de las Letras. Pero me pregunto si estos datos no habrán sido colocados a raíz de su repentina fama provocada por su redescubrimiento. De no haber sido por la perseverancia de Ana Clavel y sus amigos infrarrealistas, ¿se habría alguien tomado la molestia de “subir” a esta red todo lo que podemos hallar con tanta facilidad de este irreverente poeta gay, autor de La ciencia de la tristeza? ¿Estaríamos hablando ahora de él o se hubiera perdido, como muchos artistas venidos a menos, en las brumas del olvido?
Darío Epifanio, ya se sabe, no pudo ver concluida “su” novela. Murió meses antes de que saliera de imprenta. Eso no quiere decir que ignorara su existencia, la misma Ana Clavel lo cuenta en sus “Apuntes impublicables”. De haber podido leerla, estoy seguro, se hubiera encontrado satisfecho con la manera en que fue contada. Me lo imagino con su risita burlona, dando algunos saltitos alrededor de Ana Clavel, al ritmo de aquella canción setentera donde le piden a una pequeña langosta que salte, salte, salte o se la lleva un maremoto: “Ay, Ana querida, no sabes lo contento que estoy. Gracias por haber escrito algo tan avant-gard, acorde con mi personalidad”.
Hay una frase de Michel Montaigne que recordé cuando terminé de leer Por desobedecer a mis padres y que, en alguna ocasión, Enrique Vila Matas utilizó durante una conferencia que dictó para referirse a la intertextualidad y la metaliteratura en la novela: “Con tantas cosas que tomar prestadas, me siento feliz si puedo robar algo, modificarlo y disfrazarlo para un nuevo fin”.
Ana Clavel, diestra manejadora del género, toma prestada la vida de Darío Galicia, roba el juego onírico de Lewis Carroll, modifica su investigación de campo y disfraza su historia de biografía para conseguir la redención del poeta. Ojalá nunca deje de escribir así.
*Foto de archivo de Virgilio Torres.
Texto publicado en la revista Literal, Voces de Latinoamérica el 3 de abril del 2023
Enlace: https://bit.ly/4154M23