El escritor yucateco fue galardonado con el ‘Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares 2018’
La Jornada MayaMérida, Yucatán
Lunes 24 de septiembre, 2018El escritor yucateco Carlos Martín Briceño recibió el Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares 2018, en su edición 33, por su antología personal de cuentos De la vasta piel (Ficticia, 2017). “Este premio es un aliciente para perseverar con más ahínco, para no desmerecer ante la ilustre lista de autores que lo han recibido”, expresó el autor durante el discurso de aceptación en Ciudad Juárez, Chihuahua.Este reconocimiento es otorgado por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez al mejor libro publicado e intercala los géneros de poesía, cuento, ensayo y novela. Lo han ganado otros escritores como José Emilio Pacheco, Elmer Mendoza, Javier Sicilia, Juan Villoro y Tedi López Mills.
A pesar de eso, Martín Briceño se considera un escritor inseguro que no deja de corregir sus textos y asegura que este premio también es de todos los escritores del sureste. Los jurados Ana García Bergua, Eduardo Antonio Parra y Hernán Lara Zavala, consideraron que el cuento aborda temas sensuales y eróticos y “explora las fuerzas contradictorias del deseo y la realidad, paradojas en las relaciones de pareja escritas con sentido del humor, ironía y cierta dosis de amargura”.
¿Pensaba que el libro ‘De la vasta piel’ tendría tanta aceptación?
No, para nada. Uno manda los libros a concursos sin mucha esperanza, a ver si pega, pero la verdad la esperanza no es muy grande porque llegan muchísimos libros, autores del centro que muchos reconocen.
En su discurso de aceptación dice que esto lo motiva a seguir escribiendo, ¿pero volverá al género del cuento o seguirá explorando en la novela como en ‘La muerte del ruiseñor’?
Tengo un libro de cuentos que estoy revisando, donde continúo con mis obsesiones de las parejas y las separaciones, esa fantasía de vivir toda la vida con una persona y lo que conlleva. Lo debo terminar este año y publicarlo en el 2019.
También empecé una novela que habla sobre la doble moral en las ciudades de provincia. No es un tema nuevo, pero lo importante está en cómo se cuenta, no de qué se cuenta. La biografía de Guty Cárdenas en el libro La muerte del ruiseñor no hubiera tenido el alcance que tuvo si hubiera sido contada de forma tradicional.
Sobre ese libro, su primera novela, he escuchado que se está vendiendo muy bien…
Ya se agotó en librerías. El tiraje fue de tres mil ejemplares. Ahora lo presentaré en Guadalajara el 4 de diciembre, último día de la Feria del Libro y lo presentarán Sara Poot Herrera y Adolfo Calderón Sabido. Esto, de alguna forma, le dará una nueva vida para que la editorial saque más ejemplares y los coloquen en librerías. Mucha gente pregunta por él. Gandhi de Mérida los está pidiendo a otras sucursales porque claro, en el sureste se vende más. Guty es un fenómeno musical sobre todo en el sureste.
En otros temas, ¿qué expectativa tiene ahora con los cambios de gobierno en todos los niveles?
No es la primera vez que opino que quien se dedique al área de literatura debe hacer que los libros publicados en Yucatán, lleguen a otras frontera. Es triste ver los libros que se quedan en las bodegas de la Dirección de Cultura o de Sedeculta y no porque quieran, sino porque la distribución es complicada. Deben dejárselo a las editoriales especializadas; también para publicar algo que valga la pena y pase por el dictamen de editoriales reconocidas.
Como ejemplo, una vez, el escritor Rafael Ramírez Heredia vino a dar un taller y propuso hacer una coedición con alguna editorial y la Sedeculta. Si los libros le gustaban a la editorial, ésta pagaría la mitad y el resto, la secretaría. Así salió mi libro Los mártires del Freeway; Disparados a la luna, de Roberto Azcorra y El Pulpo en su tinta, de Will Rodríguez. Ahora ambas dependencias pueden trabajar juntas y abrir una convocatoria. Así lo hizo Monterrey con Tusquets Editores y salieron escritores muy buenos. Sólo así puedes dar a conocer y dejar de publicar cosas que no le interesan a la gente. También, traer talleres de escritores de fuera de poesía, narrativa, teatro, es indispensable.