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Los paraísos aciagos de Carlos Martín Briceño

Por Marcial Fernández

marcial y compañiaHace una década, Rafael Ramírez Heredia me recomendó que leyera la obra de Carlos Martín Briceño (Mérida, Yucatán, 1966), un autor que ya entonces había ganado un par de premios importantes, además de que tenía publicados tres libros de cuentos: Después de aguacero (2000), Silencio del polvo (2001) y Al final de la vigilia (2003).

De Carlos, el propio Ramírez Heredia escribió: “Un escritor que no se pliega a las buenas conciencias sino que se bate contra el perfil de hombres y mujeres, de pasiones y dolores, de amores y desencuentros”.
Así, mientras me adentraba en la lectura de tramas del lado oscuro de las relaciones humanas, Martín Briceño publicó otro libro, Póquer de reinas, cinco versiones del deseo (2005) y, para 2006, con la edición de Los mártires del Freeway y otras historias, abrimos en Ficticia la colección Biblioteca de cuento contemporáneo.

De Los mártires…, Patricia Garma Montes de Oca señala: “La fluidez de la prosa, las atinadas descripciones cargadas de crueldad, la precisión estructural y la técnica con la que Carlos trabaja los rasgos más desagradables y retorcidos de la condición humana, hacen de este libro una pieza por demás interesante, difícil de resistir para cualquier lector, por decente que sea”.

Para 2008 Briceño me ayudó a compilar los textos, primeros lugares y menciones honoríficas, del Premio Nacional de Cuento Beatriz Espejo (2001-07), el cual él había ganado en 2003 con “Los fines de semana” y que dio por resultado el volumen El espejo de Beatriz, en el que conocí la obra de otros autores que, a la postre, les publiqué sus libros primeros, Eric Uribares y Tayde Bautista.

De ese cuento, la propia Beatriz Espejo abunda: “El personaje central, un quinceañero, encuentra en el amigo íntimo y en la madre del amigo íntimo su iniciación a la edad adulta de una manera perturbadora. La acción ocurre quizás en Progreso o Chixchulub, la atmósfera es relajada y hay calor en la casa de playa. Y lo más interesante resulta la factura, su malicioso empleo de sugerencias e insinuaciones que permiten tratar un asunto escabroso con admirable delicadeza”.

En 2009, Carlos me dio un relato, “Salón Bach”, para la colección Estación central bis y, antes de que le editara el que fue su sexto libro de cuentos, Caída libre (2010), ya me había presentado a dos escritores yucatecos, Will Rodríguez y Roberto Azcorra Cámara, quienes con un par de títulos se sumaron al catálogo y proyecto de Ficticia en sus distintas variantes, libros en soporte de papel o electrónicos.

Sergio González Rodríguez se refiere a Caída… como una “apuesta que convoca un giro fatal en los sucesos que narra. El registro de la dificultad de la convivencia incluso cuando existen lazos afectivos. La proclividad por aproximarse al abismo que contemplan sus personajes se traducen en relatos introspectivos, directos y contrastantes, con desenlaces de gran fuerza narrativa”.

En 2012, Martín Briceño ganó el XXVI Premio Internacional de Cuentos Max Aub con Montezuma’s Revenge, que se publicó en España y que, ahora, el próximo sábado, vamos a presentar la edición mexicana, corregida y aumentada (y otros deleites), Patricia Garma, Luis Castrillón y el de la voz —como diría Ramírez Heredia— en la Biblioteca José Martí (Parque de las Américas), a las 20 horas, dentro del marco del Mérida Fest que se celebra en la capital de Yucatán.

Gustavo Martín Garzo, presidente del jurado del Max Aub, se refirió a “Montezuma’s…” como “un cuento muy intenso, que está en la línea de la serie negra, bien narrado, lleno de intensidad y de aciertos que atrapan desde la primera línea y no puedes abandonarlo”. Durante la premiación resaltó que se trata de un trabajo “violento, duro, pero contado con mucho humor”.

 

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