(La Cultura en México).
Rafael Ramírez Heredia
Carlos Martín Briceño es un escritor que desde Mérida Yucatán deja oír fuerte su voz. Cargando el lastre del centralismo, Martín se afana en vivir para la literatura y las pruebas se determinan en su permanente trabajo en los talleres, en sus lecturas, en su férrea voluntad de escribir, en su entrega a la narrativa.
Sus textos han aparecido en revistas literarias, en suplementos, y ha publicado dos breves colecciones de cuentos titulados: Silencio de polvo, y, Después del aguacero.Hace unos meses, publicada por Dante, osada editorial del sureste, salió otra colección de relatos cuyo título es Al final de la vigilia, donde el autor yucateco reúne catorce textos breves, algunos muy breves, pero que constituyen un botón del camino que ya tiene recorrido este joven escritor yucateco, que como otros que viven en el norte del país, o en las costas, o en el centro, sin arredrarse por las circunstancias, ponen su sello en las páginas de la literatura mexicana.
Miembro de una batalladora generación de creadores yucatecos, Carlos Martín Briceño, trazo a trazo, letras a letras ha ido consolidando su carrera, la mejor prueba es Al final de la vigilia, libro sin concesiones. Sus temas y las maneras de abordarlos presentan a un escritor que no se pliega a las buenas conciencias provinciales sino se bate contra el perfil de hombres y mujeres, de pasiones y dolores, de amores y desencuentros, ese girar de sentimientos y acciones de que está poblado el mundo externo y el propio del escritor, El universo narrativo de Martín avanza por una bien entendida modernidad literaria, utiliza fórmulas acordes al texto y sus personajes; va desde el uso de la primera persona al alter ego, del género epistolar al flujo de conciencia a los pasajes retrospectivos y demás elementos de la literatura del tercer siglo, y nos muestra a un escritor que no se refugia en las nostalgias, sino que trabaja en su actual entorno usando recursos propios de quien de esto sabe.