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Un nudo en la garganta. Quince cuentos canallas

Por VV.AA.

Aproximarse a un recopilatorio de cuentos de varios autores tiene sus riesgos y la mayoría de las veces son bastante similares. En general, de salida tendrá la impresión de enfrentarse a las mismas casillas especiales del juego de la oca.

Basta con ajustarlas al enfoque de la antología de relatos en cuestión. En este caso como estamos, presuntamente, ante “relatos canallas, malajes, pinches y malevos”, el enfoque ¿malote? predominaría. Veamos como afecta esto al tablero y al desarrollo del juego.

* La oca: aparece cada cierta cantidad de casillas. Podemos decir que da unidad al juego y permite avanzar hacia la siguiente oca. Transponiéndolo a un libro de relatos correspondería con el tema que da unidad al conjunto de cuentos. Aquí se identifica incluso en el propio título como “cuentos canallas”, lo cierto es que esta denominación no significa nada y los relatos no presentan ningún rasgo en común ni en su temática, ni en la edad o procedencia de sus autores, ni tampoco en su ambientación. Por ello proponemos varios títulos alternativos para este libro: “Cuentos en los que no aparece un botijo”, “Relatos que no transcurren en Tanzania” o, este último más claro, “Historias con poco o nada que ver”.

En ciertas versiones el jugador deberá fijarse en los picos de las ocas: si señalan el sentido de la marcha, seguirá hacia adelante, pero si el pico está hacia atrás habrá de retroceder. Pues bien, en la zona de juego que propone este libro la mayoría de los picos están hacia atrás, con lo que avanzar se hace complicado. Por ello proponemos centrarse en las ocas que impulsarán al jugador-lector y que le harán progresar y paladear la lectura. Son de obligada visita cuatro casillas: “Los hombres de mar” de Mónica Lavín,“La utopía extraviada” de Carlos Martín Briceño, “En los labios de los vivos” de Carlos Vadillo Buenfil y “Baldío” deAlejandra Zina. Todos ellos cuentos muy bien construidos, dotados de una atmósfera cotidiana y mágica y ejecutados por autores poco conocidos en nuestro país.

Cualesquiera de los restantes relatos se identifican más bien con la casilla de la posada o la de la cárcel y cuando caiga en ellas tendrá la impresión de que está perdiendo al menos tres turnos.

* Y luego está el laberinto, que obliga a retroceder a la casilla 30 o a sacar un determinado número con los dados para poder seguir avanzando. En este tablero del nudo en la garganta esto se identifica con la selección de autores, que no es que sea heterogénea, es que resulta incongruente. No coinciden en su procedencia (española, argentina y mejicana… pero ¿por qué no caben creadores nicaragüenses, ecuatorianos o colombianos? Casilla del laberinto también es que solo 3 de los 15 sean mujeres, que entre el más viejo y el más joven haya ¡¡¡40 años de diferencia!!! y que inéditos se vean junto a autores de dilatada trayectoria.

* Finalmente, no podemos pasar por alto la casilla de la cárcel (centrada en el tono). En ella deberemos permanecer bastantes turnos hasta encontrar una semejanza entre los cuentos que no existe. Algunos de los relatos menos logrados pretenden ser bizarros (el negro Celso abusa sexualmente de sus hijos) y no pasan de la brocha gorda, otros resultan previsiblemente metaliterarios (diálogo entre el escritor Raymond Chandler y su creación, el detective Philip Marlowe), los hay facilotes y anecdóticos (mi mujer me echa de casa y me dejo sobre la mesilla una bono-loto premiada con cientos de millones que no puedo recuperar) y por supuesto centrados en los bajos fondos del extrarradio (lumpen de arrabal, trapicheos, miedo y ajustes de cuentas).

Hay mucho que desplumar y descuartizar en esta oca para quedarse con el foie.

*Texto publicado en el Blog: Pájaros de papel

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